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S E R Y E S T A R

ANTES, DURANTE Y DESPUES . . .

 

Hola mis div@s, de la diversidad sexual, hemos estado muy eroticos ultimamente, pero faltaba yo, que vine a ponerle mas queso al olimpo!!! he estado fulll con mis ensayos de baile, presentaciones y competencias, pero ayer mi día de ensayo ha sido bastante complicado, por no decir hilarante.

El dolor de mi culo maltratado me ha traído a la memoria en forma recurrente la velada de las noches anteriores, reviviendo momentos de placer extremo, con una consecuencia que no he podido evitar: he "sufrido" una erección casi permanente, la cual a duras penas he podido disimular ante mis compañeros de ensayos...

Ayer. En la tarde. Para pasar el poto tiempo libre decido prender el computador y entrar en un chat. Voy directo a la sala Bisex. Mi objetivo: conversar un rato, protegido por el anonimato de la red, con alguien parecido a mi y compartir nuestras experiencias.

Encontré un nick-name con el gentilicio de mi ciudad, así que le envié un mensaje privado e iniciamos una agradable charla. Teníamos muchas cosas en común: ser bisexuales, profesionales, amantes del cine europeo y la lectura; nuestra parte homosexual era de
closet y por lo mismo, nuestro sexo gay solía ser discreto y sobre la base de encuentros ocasionales en otras ciudades y con desconocidos. Buenos deportistas, él ciclista, yo bailain. El, Diego; y yo. Vivíamos con nuestros padres, en el mismo sector de la ciudad.

La conversación fluyó de una manera natural; nos confesamos nuestros gustos y nuestros temores; nos sentimos solidarios al ritmo de burlas y chistes a costa del otro. No quisimos ver nuestras imágenes, pero nos describimos mutuamente, por fuera y por dentro. Fui sincero en todo y percibí que él también lo era.

Al cabo de una hora, cuando ya nos sentíamos almas gemelas y conocidos de toda la vida, Diego propuso que nos viéramos enseguida para tomar una cerveza; quizás, dijo, podríamos entablar una buena amistad. A punto de aceptar recorde que tenia el concierto de mi diva Olga Tañón y por supuesto se lo comenté, a lo que el dijo, que seria bueno ir juntos, que el compraria la entrada alla mismo!!!! yo con mucho temor, por lo apresurado del tipo terminé aceptando y socarronamente le agregué que llevara preservativos, porque si nos agradábamos, esa misma noche despues del concert estaría conmigo en el paraíso (después de clavarlo, por supuesto). Jajajaaa

Quedamos de encontrarnos en una estación del metro. Mientras caminaba hacia allá, el corazón me latía con fuerza, pense que ahora, no sabía con quien me iba a encontrar; podría ser alguien que me conoce, por lo rapido del tipo me estába exponiendo mucho. Me invadía, entonces, un miedo atroz.

Pero, por otro lado, sentía el hormigueo en la sangre que produce la emoción de la aventura. Conocer a alguien Antes,  Durante y Después del concierto de mi diva y  También me excitaba pensar cómo sería el chico: en mi imaginación lo había creado muy atractivo. La calidez de la brisa del momento contribuía a querer exponer la piel a más caricias. Esos sentimientos encontrados hacían que la cabeza estuviera a punto de estallarme.

Empezaba a oscurecer cuando llegue a la estación del metro. Lo que vi coincidía con lo que Diego me había descrito y era tan bueno como mi mejor sueño: un chico muy alto, 1,85, un poco más que yo, 1,82 desgarbado y casual; el cabello muy negro, ensortijado, algo largo y en desorden. Piel blanca. Ojos oscuros y grandes. Brazos fuertes. Muy masculino y sexy, tanto más cuando se veía nervioso y desvalido, pues como perdido que está buscando a alguien entre la gente.

- Diego?, pregunté.

- Divinidad?, contestó repreguntando.

Me miró y como una saeta de cupido me penetró entonces con la más hermosa sonrisa que podría existir, mostrándome unos dientes perfectos, blancos y parejos. Pareció que lo vió le gustó. Otro macho, joven, alto, delgado y fuerte, con personalidad, estilo y mucha divinidad.  Ese era yo.

Nos estrechamos la mano con fuerza, transmitiéndonos y descargando toda la tensión acumulada.Caminamos, entonces,  hacia el Poliedro de Caracas Ambos seguíamos nerviosos.

Aquel hombre me estaba enloqueciendo de deseo. Lo miraba de reojo y definitivamente no podía ser más hermoso. Imaginaba cómo se vería desnudo, cómo sería su verga y pensaba cuan cerca estaba el que yo pudiera revolcarme en ese cuerpo. Sus labios carnosos ya los veía fundidos con los míos.

Sentía la boca pastosa y la respiración se me entrecortaba. Apenas sí podía tragar la saliva. Los testículos me urgían y gritaban que querían descargarse en él.....

- Te gusta Olga Tañón?, le dije.

- Me gustaría más ir directamente a la cama contigo, sin pasar por el preámbulo del concierto, los gritos, las cervezas, me dijo.

Le mire entonces con mis grandes ojos llenos de asombro. Parecía que no encontraba qué responder y sólo balbuce quedamente que estaba de acuerdo, baje la mirada y sonrei como para mis adentros por timidez, pero luego me confesó que en ese momento estaba ardiendo por mí y experimentaba ya una erección que no daba espera. Pero le dije, ya vaaaa, primero mi divaaa
 y luego tu.... Total que nos quedamos escuchando a la Tañón su espectaculo regio e impresionante como siempre, el detras de mi me recostaba su gran tostón toda la noche en la olla del poliendro, mientras mas apretados estabamos era mejor, sentir su falo erecto rosando mis nalgas!!! uffffff, la pasión y el queso se encendian mas y más al ritmo de mi diva, me acariciaba y apretaba mis nalgas, me agarraba el bulto, me metía las manos por el bolsillo y tocaba mi pene erectooo diossssss!!! muchas emociones en el concert!!!!...

Sus padres no estaban en la ciudad, así que me invitó a su casa, cerca de allí. Agradecí su confianza al hacerlo. Caminábamos con mal disimulada velocidad. Ya dentro de la casa, nos acariciamos y besamos apresurada y torpemente. Era evidente que por más que tratábamos de mostrarnos calmados, ninguno de los dos había podido controlar su nerviosmo.

- Tenemos que relajarnos. Te parece si tomamos juntos una ducha tibia?,
propuso Diego entonces.

Nos desvestimos lentamente, uno al frente del otro. Diego se quitaba la camisa, yo hacía lo mismo. Se bajaba los pantalones, me bajaba los míos.

Cuando estuvimos completamente desnudos, nos inspeccionamos en silencio, de arriba a abajo, de abajo a arriba. Admirados, nos deteníamos cada uno en la magnífica erección del otro.

Diego estaba parado sobre dos largas y fuertes piernas, con vello abundante, negro y grueso. Su pene, inmenso y magnífico (si me penetra, me mata, pensé; le diré que sólo soy activo), rodeado por un apretado pelambre oscuro; no dejaba duda que era un arma potente.

El resto del tronco, incluidas las nargas, era lampiño. Fuerte, su pecho era ancho y plano; sus tetillas oscuras se destacaban especialmente. Brazos largos y fuertes. Era la estampa de un modelo de pasarela.

El rostro era hermoso; dulce, pero muy masculino. Ojos negros penetrantes, nariz afilada y pulida, labios en extremo deseables. Barba cerrada, de dos días. La admiración mutua que se despertó fue evidente y ambos sonreimos complacidos imaginando lo que ibamos a hacer con lo que estábamos viendo.

- HIJO-DE-PUTA, qué bueno estás! rugió Diego desde lo más profundo de su
ser.

- Pues vos me gustás más, gran huevón! fue mi réplica instantánea.

Aquella repentina y espontánea explosión terminó por romper el hielo. Cada uno puso su brazo sobre el hombro del otro y entramos entre risas a la ducha.

El rito del sexo no se podía dilatar más y se inició de inmediato. Nos besamos con largueza, mientras el agua nos acariciaba y ponía, si acaso se podía, más sensible la piel. Nos devorámos el cuello, las orejas, el pecho; mordíamos las tetillas, las nalgas, el escroto; atesorábamos con las manos la cara, los genitales, las piernas. Aunque estábamos urgidos, todo era lento, con deleite extremo; no podíamos despegarnos y supimos entonces que allí, bajo el agua, íbamos a consumar nuestro primer orgasmo.

Enjabonamos los cuerpos y mientras nos besábamos con ansia, nos movíamos como un reptil, cada uno contra el otro. Después, en forma alternativa, nos arrodillábamos en actitud de adoración ante el falo magnífico que se nos ofrecía enfrente y cual piadosos comulgantes, lo envolvíamos en la lengua y pretendíamos tragarlo; los labios son testigos de todo cuanto hicimos por enloquecerlo. El vello del pubis, alisado por el agua, y los testículos también participaban de lleno en el juego.

Aquello era delicioso. Era un baile más para mi en el cual ambos estábamos completamente acompasados. Aunque ambos podíamos ser versátiles, preferíamos no actuar de pasivos. Pero en aquella ocasión ambos ardíamos porque nuestro culo fuera transpasado por ese puñal que no podíamos dejar de admirar. Yo ya le había dicho, al principio, que no esperara penetrarme. Pero, ahora, fuí el primero que pedí que me clavara su estaca.

- Sabes el tamaño de lo que tienes, así, que por favor,con suavidad, agregué implorante.

El sonrió, se arrodilló detrás mío y empujó mi espalda hacia adelante. Inició entonces, el más delicioso juego con el ojete, besándolo, chupándolo, sorbiéndolo. El agua, que recorría la espalda, llegaba hasta allá, acariciándome como una lengua tibia. Yo estaba como paralizado, apoyando las manos en el muro para no desplomarme de placer.

Luego, vino el proceso preparación del esfínter y utilizando el jabón como lubricante empezó el tanteo adentro, con uno, luego con dos y finalmente con tres dedos. Yo no podía esperar más.

- Entrá ya, de una vez, exigí con voz queda.

Sentí que me besaba las nalgas y la espalda, se estaba incorporando. Sin dejar que yo cambiara de posición, me sujetó con fuerza por la caderas, hizo que estas no recibieran más agua, me embadurnó de nuevo con jabon y empecé a sentir la presión de su verga pugnando por entrar en mi culo. Estaba dura, como una piedra, pero a la vez se sentía cálida y suave al tacto. Empujaba en forma lenta, dándole tiempo a los tejidos del enfínter para adaptarse.

No importó todo su cuidado. Aquella polla era enorme y sentía un dolor inmenso que me llegaba hasta el alma. Pero también la deseaba adentro, más adentro, quería sentirla en lo más profundo de mis entrañas. Con los ojos cerrados y concentrado en lo que sucedía en mi culo, sufría y disfrutaba todo aquello. Nuevamente, sensaciones encontradas me llenaban de placer.

Cuando Diego estuvo completamente adentro de mi, inició un movimiento corto con ritmo lento, apoyó su tronco sobre mi espalda y mientras con una mano me sujetaba para controlar sus movimientos, con la otra me masturbaba, también en forma acompasada y lenta.

No demoró mucho en llegar y cuando lo hizo, la tensión que vivieron todos sus músculos, apretados contra mi, me llenó de especial excitación. Durante un momento dejó todo el peso de su cuerpo sobre mi; sonreí: me sentía como el valiente soldado griego que carga el cuerpo de su amigo herido en combate. Luego, se dejó caer de rodillas, apoyó los brazos en el piso y colocó la cabeza sobre ellos, ofrecéndome el ano.

- Clavame, que me muero por tenerte a vos también adentro, expresó con la voz todavía entrecortada....

Era mi turno.....continuará

DIVINIDAD

3 comentarios

Cereza -

Ese olor de culo es lo ue llamo la herida del placer ji,ji,ji

DIVINIDAD -

MI PUTISSS!!! SI ES RICO!! SI FUE RICO Y SERA SIEMPRE RICOOO JASJAJAJAAAAA.... DESPUES TE CUENTO MAAASSSSSSSS

Putisimaaaa -

aaaaaaagggghhhhhhh que bueno COÑO!!!!!! DIvinidad!! hasta me mojé con esta historia tan HOTTY-SEXY pana!!! Que buena narrativa del encuentro y del flirting inicial, que rico Puelto Rico ...
Y sarna con gusto no pica , y a ese culo adolOrio PERMUCAL CON HIELO AJAJAJAJAJAJAJ
JAJAJAJAJAJJAJAJJAJAJA